martes, 29 de enero de 2013

21-27 ENERO 2013


L-NAT: 3200m con 10x100m palas + 10x100m pull + 5x100m, todo a 1:28-1:31
M-CIC: 1h15' rodillo a 211w, con 1h a 234w-3'16w/kg-124ppm. Poco esfuerzo para 1h, pero relación w/kg ideal para un IM.
M-GIM: 30' core + NAT: 3200m.
X-CIC: 1h40' de rodillo con 3x20'(252w-258w-264w)r=5' ; (3'40w/kg,132ppm-3'48w/kg,140ppm-3'56w/kg,145ppm). Entreno chulo, chulo...
J-GIM:35' core + NAT:4100m con 4x100 c/1:45(1:23,1:23,1:24,1:22)+3x100 c/1:45(1:23,1:22,1:23)+2x100 c/1:35(1:17,1:18). ENTRENACO.
S-NAT:3800m con 2x500m(7'30") + CIC:61'6km en 1h59'-200w(2'70w/kg) con José Juan Antón.Vendaval. Recorto lo previsto porque es peligroso con la cabra.
D-CIC(cabra):3h55'-125'4km-32'0km/h-210w(2'83w/kg), por Vereda-Garganta Crevillente-Hondones-Alenda-Via Parque. WATICIDIO.
D-GIM: 20' core, flexibilidad y estiramientos, para acabar bien la semana.

Toda la semana sin correr para recuperar las heridas de guerra de la media de Santa Pola. A cambio natación por un tubo. Tres entrenos muy buenos: las 3x20' de rodillo del Miércoles, los 4100 de natación del Jueves y sobre todo las casi 4h de cabra del Domingo. 
En esta salida del Domingo me pasó algo que puede no sea nada del otro mundo, pero sí que me hizo pensar un poco. El ritmo durante las 4 horas era "ligero", vamos, que de pisar huevos nada de nada. Cuando llevaba unos 40', adelanté a un hombre mayor. Le calculé a primera vista unos 65 ya cumplidos. Ahí estaba con su hierrecico y su equipación ciclista retro. Pegaba algo de viento en contra, y cuando le adelanté ví su cara de sufrimiento luchando contra Eolo y sobre todo contra sí mismo, intentando mantener una velocidad "digna". Iniciábamos una zona totalmente llana de 7/8 kms, que yo tenía intención de hacer totalmente acoplado. Nada más adelantarle me preguntó hacia dónde iba: "a la Garganta".
-"No, eso ya lo subí el otro día, pero te acompaño un rato detrás".
-"Ufff", pensé, pero si no me aguantará ni 500m...
-"Bueno, vale, póngase a rueda que no voy a ir muy rápido". Y realmente era así, aunque no ir muy rápido era 35 km/h acoplado con una cabra y algo de viento en contra. Ese era el ritmo que llevaba. Demasiado para alguien con casi 30 años más y una bici normalita, normalita y sin acople.
Me acoplé y empecé a concentrarme en el ritmo (al final me tiré casi 4h con los ojos pegados al puto tamagochi, no vaya a ser que me bajaran los watios previstos...). De reojo miraba a un lado y veía su sombra detrás. Conforme pasaban los kms miraba de vez en cuando y ahí seguía su sombra. Vaya crack el tío, pensaba. Después de unos 7/8 kms, y unos 500m antes del cruce donde nos separábamos, escuché que me dijo algo. Me levanté del acople, aflojé el ritmo y giré la cabeza..."¿cómo dice?".
Su cara era un poema. La boca bien abierta intentando hiperventilarse. Con la voz entrecortada por una respiración jadeante, alcanzó a decirme;
-"Con que no ibas a ir rápido...joder...".
Intenté quedar bién y justificarme:
-"No, eso es la bici esta, que es muy rápida y encima si te agachas vas más rápido contra el viento...".
-"Vale, lo que tú me digas...".
-"Bueno, yo sigo para la Garganta".
En los 200m que quedaban hasta el cruce donde nos separábamos, calculo que le saqué 100m. El hombre dejó de pedalear casi por completo, intentando recuperarse. Yo seguí con lo mío, no sin dejar de darle al tarro un rato. Me preguntaba qué necesidad tenía aquel hombre de pegarse ese apretón. A su edad, seguramente no estaba preparando ninguna carrera, ninguna competición. La bici la pillaría solo por el placer de hacer deporte y para matar la gran cantidad de tiempo libre después de la jubilación. Pero nada que justificara cambiar un plácido paseo de Domingo en bicicleta por un apretón temporal, capaz de agotar las pocas fuerzas que le quedaban para volver a casa. Puede que fuera así...o puede que no. Aquel hombre vio en mí un filón. Un pequeño reto para él. Aguantarle la rueda a alguien mucho más joven, mejor preparado y con mejor bici. El esfuerzo valdría la pena. Sería su pequeña victoria. Llegaría a casa, donde le esperaba la paella del Domingo con su familia, y le contaría a sus nietos que había ido con un "trideportista de esos" que no había sido capaz de dejarle de rueda. Solo por eso seguro que le habría valido la pena el esfuerzo.

Aquel hombre también lo tenía claro. Llevaba mucho tiempo subido "al carro de la vida":

"Yo que a la vida le he dao un montón de bocaos aún tengo hambre,
y sin alardes pateo por este jaleo en busca de aire,
pues se que tarde o temprano vendrá una mano sin miedo a cobrarme
y esta no se anda con cuentos, ni pierde el tiempo ni viene en balde..."

"Y subo al carro de la vida, a seguir batallando mientras vayan quedando cartas pa la partida,
y subo al carro de la vida, del que empujan los años y tiran los días...
del que empujan los años y tiran los días".





Lo tengo claro. Nunca es tarde. Siempre queda una meta por la que luchar, una montaña por escalar o una última gota de sudor por derramar.
Mi mayor respeto y admiración a toda esa genta que ya cumplidos unos años, siguen peleando por nuevas metas con la ilusión de un juvenil.

CARPE DIEM.


1 comentario:

  1. Eso me pasaba a mí también; el plato fuerte eran los vespinos de los abuelicos. Hasta que llevas un entreno serio con objetivos fijados, buscas cualquier excusa para dejar de seguir devorando kilómetros-basura. De todas maneras, bravo por el abuelico.

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